Dirección de fotografía y pintura, relación si la hubiese.
- Alberto Zamora Salas
- 29 sept 2017
- 2 Min. de lectura
Cine, pintura y fotografía son tres artes que se alimentan mútuamente. Para un director de fotografía es fundamental tener una noción profunda de estas a la hora de componer e iluminar sus planos. Saber utilizar una cámara es importante, pero comprender cómo funciona la luz y el color a la hora de transmitir sensaciones es fundamental para dotar de profundidad a la historia que se está fotografiando.
Fredo (Álvar B Scriche, Salva Feltrer, 2017)
A lo largo de la historia del cine los mejores directores y directores de fotografía han acudido en busca de inspiración a la pintura. Así lo retratan Ana María Sedeño Valdellós y Enrique Martínez-Salanova Sánchez en el artículo La influencia de la pintura en el cine (Ana María Sedeño, Enrique Martínez-Salanova). En él establecen una comparación entre directores como Visconti, Passolini o Rohmer con pintores como Giovvani Fatori, Henri Fuseli o Rosso Fiorentino.
También escriben «El director de fotografía Néstor Almendros menciona en sus memorias la utilidad que tiene para su trabajo estudiar el manejo de la luz en pintores como Vermeer, La Tour, Rembrandt, Caravaggio, Manet o Gaugin. Días de una cámara, (Editorial Seix Barral, 1982)», reforzando la teoría de la necesidad de una noción sobre pintura si se quiere alcanzar un estilo cinematográfico.

La pesadilla (Johann Heinrich Fussli,1781) La marquesa de O (Erick rohmer, 1976)
Autores como Hopper han servido de inspiración para fotógrafos y directores de fotografía. En el artículo Edward Hopper el pintor que no sabía que era fotógrafo (Leirre Etxazarra, 2017) de Leire Etxazarra se comparan sus pinturas con las fotografías de Gregory Crewson, Diane Arbus o Willam Eggleston entre otros. Raul Fabelo en su artículo Edward Hopper y el Cine: Una simbiosis perfecta (Raul Fabelo, 2012) muestra cómo este también ha tenido repercusión en la gran pantalla. Hasta el mismísimo Hitchcock se basó en uno de sus cuadros para crear la maqueta de la casa de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960).

House by the railroad (Edward Hopper, 1925) Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)
Rodé Jardín de cenizas (Paolo Natale, 2017) como director de fotografía este verano y al tener poco presupuesto tuve que aprovechar al máximo la luz natural con la que contaba en la localización. Era una historia de soledad y cine. Para plantear este estilo de iluminación busque sobre arte, pintura y soledad. Tras leer varios artículos encontré en La soledad según Sean Cheetham (Culturainquieta, 2017) al pintor figurativo Sean Cheetham y en particular esta pintura:

Chantal Menard (Sean Cheetham, 2008)
Esa era la luz que estaba buscando para los rostros de mis actores; con leve contraste, pero sin llegar a ser plana. Como se puede ver no es un esquema de iluminación complicado, sin embargo, ese retrato me ayudó a ver clara mi idea y comprobar que funcionaba. Como se puede observar en este fotograma del cortometraje, la iluminación no es exáctamente igual, pero sí se ve el parecido.

Jardín de cenizas (Paolo Natale, 2017)
En conclusión, no hay que solo saber sobre cámaras, objetivos, proyectores y hierros si se quiere ser un buen director de fotografía. Investigar tanto la actualidad como la historia de la pintura, a la hora de buscar inspiración, es un ejercicio fundamental.
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